Síndrome del dolor miofascial

Síndrome del dolor miofascial - Tratamiento aplicado en FisioClinics La Moraleja

Se puede decir, que las afecciones a nivel músculo esqueléticas se han hecho cada vez más presentes en los últimos años a lo largo de las distintas poblaciones, tal es el caso del síndrome del dolor miofascial, afectando considerablemente la salud física, por lo tanto en FisioClinics La Moraleja - Madrid te damos a conocer ésta afección y cómo puede ser tratada mediante la fisioterapia.

¿En qué consiste la fascia?

Al hacer mención del sistema fascial se hace referencia a un tejido conectivo de colágeno el cual ubicado por capas recubre a todas las estructuras del cuerpo humano, que van desde los huesos hasta los órganos, nervios músculos, entre otras, siendo su función principalmente protectora y funcional, considerada como el tejido más largo del cuerpo humano.

La fascia es el tejido conectivo colágeno más largo de todo el cuerpo, recubriendo todas las estructuras del mismo…

Se puede exponer, que el tejido fascial, cuenta con una gran cantidad de receptores mecánicos dentro de sus fibras de colágeno incluso más que la piel u alguna otra zona corporal, lo cual la hace sensible a estímulos como pueden ser, presión, vibración, tacto suave, que una vez mantenidos en el tiempo pueden causar una relajación por parte de dicho tejido ayudando a la liberación del mismo.

La fascia protege, soporta y controla funcionalmente las estructuras musculares, nerviosas y viscerales…

Así pues, la fascia cómo se ha mencionado anteriormente, está dividida en capas, pudiendo ser variable en cuanto al grosor dependiendo del nivel funcional de cada estructura, pudiendo llegar a ser las denso a nivel de las manos y pies o más laxo en la región torácica y abdominal. En tal sentido, se puede decir que la fascia a nivel anatómico está divida por capas las cuales se mencionan a continuación:

  1. Capa superficial: Más externa, la cual conecta directamente la piel, en dónde se encuentra ubicada por lo general 3 mm por debajo de la misma, con el músculo, atrapando la grasa superficial que pueda existir en dicha zona, así pues, dentro de las características de la fascia superficial se encuentra facilitar el movimiento dermico favoreciendo globalmente a la movilidad y funcionalidad de las estructuras más profundas, al igual que favorecer la protección y conexión de distintas estructuras a nivel superficial.

  2. Capa profunda: Más interna e imprescindible, ubicada aproximadamente a 6 mm por debajo de la piel, cumple con un objetivo netamente funcional de suma importancia para el cuerpo, ya que, se relaciona directamente con el músculo, nervios, vísceras y estructuras del sistema nervioso central, brindando soporte, protección y control sobre las mismas.

Así pues, se puede considerar que la relación directa entre la fascia y el movimiento viene dado gracias a la miofascia mediante dicho control y recubrimiento del músculo, ya que, no solo es su parte más externa, sino también, sus fibras y haces los cuales son protegidos y diferenciados entre sí gracias a la fascia, en tal sentido, también se facilita la conexión osteo-muscular a través del tendón, fijado gracias a dicho tejido colágeno.

En un mismo orden de ideas, se puede hacer claro, que la importancia en cuanto a la relación entre la fascia y las estructuras del sistema nervioso es muy grande, ya que, se facilita la transmisión de impulsos nerviosos a través de ella y no solo eso, sino que también, sirve de soporte y protección a estructuras principales como el cerebro, médula espinal y demás estructuras del tallo cerebral.

De igual manera, a nivel visceral cumple un papel fundamental en cuanto al soporte de los órganos y movimiento de los mismos, tal es el caso del intestino y estómago o por lo menos del músculo diafragma y pulmones, participando en procesos respiratorios, digestivos y muchos otros.

Se puede decir, que el tejido fascial ciertamente puede ser comparado con una red o malla de pescar cuadrangular, donde, si hay presencia de un acortamiento en una de sus esquinas toda la estructura se verá afectada con un aumento de tensión a lo largo de todo su recorrido.

¿En qué consiste el síndrome del dolor miofascial?

Como se ha mencionado anteriormente, la presencia de alguna restricción puede afectar considerablemente al tejido fascial, las mismas, principalmente se atribuyen a la manifestación de los puntos gatillo, los cuales se definen como puntos de hipersensibilidad e hiperirritabilidad ubicados a nivel de las fibras musculares.

Hace referencia a la presencia de restricción a nivel miofascial a causa de puntos gatillo dolorosos..

En tal sentido, se puede decir que dichos puntos gatillo que conllevan al dolor miofascial pueden clasificarse en los siguientes:

  • Puntos gatillo latente: Suelen ser los causante de dolor miofascial más comunes, por lo general ubicados en la musculatura del trapecio, glúteo y deltoides, los cuales causan dolor únicamente ante la palpación de los mismos, pudiendo manifestar sentimiento de restricción o disminución de la movilidad.

  • Puntos gatillo activos: Aquellos que manifiestan una clínica de dolor miofascial en estado pasivo y activo del movimiento por lo general presentes en musculaturas hiperactivas o con gran demanda funcional.

Así pues, en FisioClinics La Moraleja - Madrid para poder realizar el diagnóstico de éste tipo de patología, acudimos primeramente al análisis de los síntomas presentes, los cuales pueden incluir:

  • Dolores de cabeza o de alguna región corporal en específico, gracias a la tensión acumulada por la restricción miofascial o presencia de puntos gatillo.

  • Dolor irradiado a zonas cercanas del punto gatillo o restricción, por lo general son las extremidades, debido a la relación entre los distintos grupos musculares gracias al tejido fascial.

  • Sentimiento de restricción a la movilidad articular, común a nivel de los movimientos rotacionales del tronco.

  • Tensión constante en la musculatura afectada, más notable por lo general en el trapecio del cuello.

  • Irritabilidad ante la palpación o dolor al contacto con alguna textura o superficie.

En tal sentido, tomando en cuenta la clínica antes mencionada, se debe tomar en consideración el comportamiento de los mismos, por ejemplo, si existe algún movimiento mitigante o agravante, en qué horario se hace más tenue o más fuerte la sintomatología, entre otras cosas. De ésta manera, una vez entendida la manifestación de los síntomas se puede proceder a realizar una evaluación física de manera exhaustiva, en donde primeramente se tomará en cuenta la presencia de síndromes posturales que puedan dar indicio de un desequilibrio muscular, como puede ser, cabeza anteriorizada, aumento de la lordosis lumbar, hipercifosis dorsal, hombros anteriorizados, entre otras cosas, lo cual, trae como resultado el aumento de tensión muscular por parte de ciertos músculos y debilitamiento de otras, dando inicio a compensaciones funcionales que originan los puntos gatillo.

Es importante el conocimiento del comportamiento de los síntomas para entender al síndrome del dolor miofascial...

De un mismo modo, se evalúa de manera dinámica la marcha y si es posible el gesto laboral o deportivo dependiendo sea el caso, finalmente, se deberá hacer uso de la principal herramienta diagnóstica para el síndrome del dolor miofascial la cual es mediante la palpación, en donde se confirmará o descartar la presencia de puntos gatillo dolorosos, de igual manera, se podrá comprobar el estado de la piel, elasticidad, temperatura, entre otras cosas que podrían indicar la presencia de una restricción miofascial.

Dentro de los factores que pueden incidir en el desarrollo del síndrome del dolor miofascial y los puntos gatillo, se encuentra principalmente el mal hábito postural que por lo general se realiza durante alguna actividad diaria, sin embargo, también puede verse asociado a otros factores que afectan considerablemente la salud y bienestar físico como pueden ser:

  • Procesos quirúrgicos, estéticos o de algún otro tipo, en donde, se debe atravesar las diferentes capas de tejidos blandos, lo cual supone un daño al sistema fascial muy grande que puede tardar años en sanar.

  • Sobrepeso, lo cual, supone un esfuerzo máximo por parte de la distinta musculatura de la espalda y miembros inferiores poniéndolos en tensión constante.

  • Práctica de deportes, donde se pueden incluir principalmente fútbol, tenis, remo, gimnasia, atletismo, entre otros, en donde existe una gran exigencia a nivel funcional por parte de la musculatura dorsal y de las extremidades sin realizar un correcto acondicionamiento muscular.

  • Trabajos de oficina o escritorio, en donde se deba pasar mucho tiempo sentado sin realizar ningún tipo de pausa activa, lo cual puede desencadenar tensiones y punto de gatillo a nivel de la musculatura dorsal.

  • Situaciones de estrés o mucha carga emocional, ya que, se relaciona directamente al sistema límbico (encargado de las emociones) con la manifestación de contracturas y puntos gatillo en musculaturas como el trapecio principalmente.

  • Padecer de escoliosis, en donde, existe una curvatura anormal en la columna vertebral por lo general en forma de “C” o en casos graves en forma de “S”, donde gracias al desequilibrio postural, la musculatura puede verse afectada considerablemente afectando la salud y bienestar físico.

Tratamiento en FisioClinics La Moraleja para el síndrome del dolor miofascial

Así pues, en FisioClinics La Moraleja - Madrid, proponemos un abordaje a través de la fisioterapia en donde se hace inclusión de técnicas favorables para la salud y que pueden realizarse en nuestro centro de rehabilitación y fisioterapia en La Moraleja -  Madrid o también a través de nuestro servicio a domicilio, en tal sentido, se pueden mencionar las siguientes:

  • Punción seca: Técnica que ha venido en surgimiento en los últimos años siendo cada vez más usada a nivel de la fisioterapia y rehabilitación la cual consiste, en una vez ubicado el punto gatillo doloroso, insertar una aguja de acupuntura de manera activa, haciendo movimientos ascendentes y descendentes e incluso rotacionales de manera superficial o profunda con una duración aproximada de 3 a 5 min, en función de lograr la liberación de los mismos causando un efecto analgésico que perdura en el tiempo, de igual manera, puede ser aplicada de manera estática en conjunto a la electroterapia, lo cual se denomina electro-acupuntura, lo cual puede ser una variable en cuanto a la aplicación de éste tratamiento.

  • Técnicas de inducción miofascial: Las cuales van dirigidas netamente a liberar las restricciones del tejido fascial, en las cuales se incluyen maniobras de tratamiento superficiales, como pueden ser, deslizamiento longitudinal, transverso o en “J”, y profundas donde se incluyen, manos cruzadas, planos transversos, entre otras, teniendo la principal característica de trabajar netamente con las manos y el peso del cuerpo sin el uso de ningún tipo de gel o crema, su duración puede variar dependiendo de la restricción y la adaptación del tejido ante dicha maniobra.

  • Aplicación de agentes físicos térmicos: Donde, se busca como principal objetivo calentar los tejidos blandos antes de realizar algún tipo de manipulación, ayudando también a causar un efecto analgésico local en los síntomas dolorosos, por lo general es usado mediante las compresas húmedo-calientes por una duración de 15 - 20 min.

  • Aplicación del ultrasonido, el cual es uno de los agentes físicos más cuestionados, sin embargo, su acción en el cuerpo es muy importante, ya que, cuenta con una modalidad térmica y mecánica que tienen como objetivo promover la regeneración de tejidos a nivel profundo o superficial, el mismo, envía ondas sonoras a la zona afectada ayudando a la regeneración de las distintas afecciones, en éste caso el ultrasonido podría desarrollar un efecto analgésico aplicado directamente sobre el punto gatillo gracias a la estimulación mecánica.

  • Estiramiento activo: En caso de dolor miofascial se busca la elongación de la musculatura, ya que, se ha demostrado que la estimulación mecánica puede causar un efecto analgésico y a su vez disminuir la tensión muscular, para complementar el tratamiento se pueden realizar ejercicios dirigidos a la movilidad y flexibilidad de los distintos complejos articulares.

  • Ejercicio terapéutico: Siendo uno de los más usados en caso de dolor miofascial y muscular, la aplicación de los mismos podrían traer grandes beneficios a nivel neuromusculoesquelético, pudiendo mejorar los hábitos posturales y corregir los desequilibrios musculares que se presentan como consecuencia de la falta de cuidados durante la realización de distintas actividades laborales

En tal sentido, queremos recordarte que en caso de dolor miofascial o muscular la fisioterapia aportará un cambio positivo en tus hábitos diarios, ayudándote a mejorar física y emocionalmente, para ello en FisioClinics La Moraleja - Madrid, contamos con un excelente grupo de profesionales dedicados a implementar nuevas herramientas de trabajo para garantizar una recuperación temprana y óptima.

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